Como cada día me convencía de que era el momento de cambiar,
pero realmente nunca lo hacia, me gustaba vivir entre mierda, encontraba que
era muy romántico, mi barba empezaba a tener trenzas, mi ropa ya no se
planchaba nunca y mis pies olían a muerto, algo hacia mal, pero yo estaba bien
con eso, no me importaba convertirme en alguien despreciado por la sociedad,
tan solo acabar el día de trabajo y empezar a beber cerveza en cualquier bar o
en casa mientras miraba una película.
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